2014: Muito mais que um bloco... obrigado camaradas!

http://pcb.org.br/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=7136:muito-mais-que-um-bloco-obrigado-camaradas&catid=61:cultura-revolucionaria

(aos camaradas do Bloco Comuna que Pariu!*)

Era carnaval, era um bloco, mas era muito mais que isso. Sei lá, alguma coisa nascendo, alguma coisa rompendo. Cada um chegou do seu jeito, com seus sonhos guardados em seus medos, com sua alegria e suas angústias, cada um num ritmo, uns sabendo mais outros menos, outros nada, mas ali seu deu o milagre da fusão.

Tinha de tudo, camaradas do PCB, companheiros de outros partidos, militantes, amigos, brancos sem jeito, negros, homens, mulheres (tinha até um japonês, eu vi), quem vota num e quem vota no outro, junto com quem não vota, e tudo aquilo que andava separado, ficou em silêncio e uma figura levanta as mãos e soa um apito alto. Não podemos dizer de um “chefe” de bateria, entre nós não há chefes, um dirigente, negro, com roupas íntimas de mulher (vermelha provocação), cabelos de índia. E o chão tremeu, vindo da terra, de quilombos e senzalas rebeladas, de cada gota derramada, de suor ou sangue, de cada ato de amor, de cada beijo na boca, de cada coisa que arrepia a pele e faz o corpo vestir a alma pelo lado de fora.

Era uma porção de gente diferente que ali estava junto sob a direção de um mestre. Profissional, não porque tem valor de troca e preço, profissional como o artesão que ama sua arte, como o operário que desempenha com perfeição seu ofício, como gari que volta na rua varrida para pegar a latinha que ficou prá traz, como poeta que enlouquece na busca da última palavra. Uma porção de diferença que ali estava junto: um bloco.

O produto esconde o processo, os problemas, as noites, os ensaios, a falta de grana, gente que atrapalha, mas o produto traz na pele a marca do trabalho, que pega um sonho e esculpe a realidade até que fica parecido com que queremos. E ficou bem parecido com que queremos. Alegre e comprometido, brotando do samba com escala em Paris, irônico, sarcástico, irreverente, cortando a carne podre do presente mostrando que é possível e necessário libertar o novo das prisões da acomodação.

Meu filho dormia no meu colo como se ouvisse Debussy, minha companheira se esmerava no surdo de primeira. Era carnaval, era só um bloco, ou era mais que isso. Um bloco revolucionário do proletariado, com capacetes operários vermelho futuro e uma voz de mulher cantando um samba contra dudus e cabrais, contra a Globo e o Capital, deixando cicatrizes de alegria no corpo triste da realidade.

Fiquei muito orgulhoso com meus camaradas. Era só um bloco... ou era muito mais.

(Mauro Iasi)

2014: La indignación politiza el Carnaval de calle de Brasil

http://www.eldiario.es/internacional/indignacion-politiza-Carnaval-calle-Brasil_0_236227167.html

Decenas de blocos activistas mezclan Carnaval con reivindicaciones políticas. Del #OcupaCarnaval de Río de Janeiro a blocos contra el Mundial, la gentrificación o el mal funcionamiento del transporte público, Brasil ha vivido el primer Carnaval político desde la época de la dictadura.


 El disfraz es un edificio. Las armas son lúdicas. Y el espacio de batalla es móvil y fluctuante: un 'bloco' de carnaval'  (una especie de comparsa que desfila por las calles con espontaneidad). La escena tuvo lugar el pasado 15 de febrero, en la ciudad brasileña de Recife, capital del nordestino Estado de Pernambuco. El bloco carnavalesco  Empatando tua Vista  fue una iniciativa del colectivo  Direitos Urbanos , uno de los protagonistas de las revueltas en dicha ciudad. Su objetivo - denunciar la gentrifización y la intensa especulación inmobiliaria que azota la urbe- no era una novedad. Pero el formato de la protesta, sí: un bloco activista. Los carnavales políticos, habituales durante la dictadura brasileña, habían pasado a la historia. Y la mercantilización y cierta banalización del carnaval brasileño - cercado en sambódromos y estructuras jerárquicas - habían apagado casi las reivindicaciones sociales de los blocos. Pero algo ha cambiado radicalmente desde la explosión de las denominadas 'jornadas de junio' que llevaron a millones de brasileños a las calles a partir de junio de 2013. El Carmaval vuelve a ser política. El bloco se transforma en un batallón creativo.

Carnavalizar la política era un deseo / estrategia de los nodos de Occupy en Brasil desde 2012. Las estructuras carnavalescas - principalmente el bloco - eran el laboratorio de algunos miembros del Partido Pirata y Anonymous. Llegaron a crear, incluso, el grupo Bloco Livre Brasil en Facebook y la red libre N-1.cc. El imaginario / táctica era simple: el bloco sería en Brasil lo que las acampadas fueron en el 15M u Occupy. El bloco como epicentro líquido, móvil, encajaría mejor con el carácter de Brasil. Pero la estrategia no salió del papel / píxel. Y tuvieron que llegar las revueltas orgánicas y desconcertantes que todavía sacuden Brasil para sacarse de la chistera el espíritu rebelde que siempre tuvo el Rey Momo. Las revueltas del Passe Livre se llenaron de coros, cantos y estrofas profundamente políticas. Políticamente incorrectas, ácidas, sin tapujos. El estudio la  Manifestación a través de la música es un minucioso paseo por los instrumentos, formatos, paisajes sonoros y letras de las "marchinhas" (uno de los tipos de canción más típicos del Carnaval) cocinadas bajo el imaginario #VemPraRua de las jornadas de junio. Letras remezcladas de anuncios, como el  Vem Pra Rua. O ataques frontales a políticos, como la marchinha  Cabral, é ditador (en alusión al Gobernador de Río Sérgio Cabral). ¡Más trompetas, que es la guerra!

Nada es casualidad: el caldo de cultivo político-carnavalesco estaba sembrado hace meses. Las jornadas de junio fueron el embrión. El Coletivo Mariachi, por ejemplo, llegó a invadir el Palácio de Guanabara (Gobierno de Río de Janeiro) a ritmo de carnaval, en  una acción que se viralizó en septiembre de 2013. Y llegó a circular un  Manifiesto Carnavalista que defendía el uso del espacio público y se transformó en bloco-manifestación en São Paulo.

 Y el Carnaval indignado, en medio de una contundente huelga de barrenderos en Río de janeiro, llegó. Era inevitable. Mujeres Black Bloquinhas (estética black blocs). Carteles con los gritos e imaginarios de junio ("passe livre", "tarifa zero", "VemPraRua", "vândalos" ....). Blocos como  Nao Vai Ter Xota ("no va a haber vagina"), que ficciona un Mundial de Fútbol con prostitutas en huelga y remezcla el popular #NãoVaiTerCopa. Y el activista-humorista Rafucko, que hackea en su  CarnaVÂNDALO las letras de las marchinhas más clásicas convirtiéndolas en  hits políticos. Pero el carnaval de 2014 es mucho más que un conjunto de insurgencias poéticas, remezclas semánticas y disfraces. Mucho más que carteles y máscaras. Se ha convertido en acción política. En táctica. En estrategia-puente. De hecho, el hashtag #OcupaCarnaval es una ágora de una buena parte de las acciones políticas del Carnaval.

Por un lado, se lanzó un  Manifiesto Ocupa Carnaval: "Abajo los torniquetes (catracas, palabra imán de las jornadas de junio) que transforman la ciudad en un gran negocio donde el lucro prevalece sobre la vida, donde el dinero es más libre que las personas". Y #OcupaCarnaval se convirtió en un nuevo eje, mezcló manifestaciones y blocos en Río de Janeiro y creó un  off Carnaval en toda regla con decenas de blocos-manifestaciones enredadas. Blocos sorpresa, transversales, imprevisibles, que desbordan las reglas del juego. La  Guerrilla de Lawrence de Arabia, atacando donde menos se la espera. Los blocos usando su arma, como en el texto de Lawrence: "la capacidad de transformar a cada individuo en un simpatizante y amigo". Una imagen: aquellos  foliões (personas disfrazadas, fiesteros) del Colectivo Mariachi dando un abrazo colectivo a los guardias de seguridad del Palacio del Gobernador. Otra imagen: el bloco Cabralhada rodeando durante ese Carnaval una comisaría de la Policía Militar de Río de Janeiro y pidiendo con humor su extinción (vídeo). Y el bloco parodia  Comuna que Pariu (juego de palabras con la Comuna de París) que lanza dardos contra la FIFA y Gobiernos varios: "No jodas, FIFA / Globo y el capital (Não vai ter Copa!) / Soy comunista / En vez de estadio quiero tener más hospitales / la revolución es la Copa que parió".

 Pero el Carnaval de los "vándalos" no se limita a Río de Janeiro. En todo Brasil han surgidos muchísimas acciones ocupando el carnaval. Sin duda, el imaginario del Passe Livre y de la movilidad urbana es uno de los grandes comunes. El bloco Pula Catraca, de la red Tarifa Zero de Belo Horizonte, no sólo ha compuesto una  marchinha pegadiza  sino que ha fletado un autobús sin "catracas" (libre) que ha deambulado por la ciudad durante días. En Bahía han ocupado las calles los blocos Chama na Catraca  (llama en el torniquete) o el Pipoca Indignada (palomita indignada). En São Paulo, el  Bloco do Mal,  Ocupa Você Também o el Bloco Bastardo, enriquecido por los disparos simbólicos (y rosas) del Roza Bloc (parodia de Black Bloc) de Paulinho Fluxus. Y ocupaciones-acciones transversales, como la de los activistas del Parque Augusta que reivindican la gestión colectiva de un parque en el centro de São Paulo. Durante el Carnaval ignoraron los candados que cercan al parque desde las jornadas de junio y ocuparon el mismo con el grito " El Carnaval también es parque ". El ensayo  Estética de la multitud , de Bárbara Szaniecki, que hablaba en 2007 de la carnavalización de la política, se ha hecho carne / realidad. El Rey Momo es un vándalo.

El Sambódromo de Río de Janeiro acoge hoy domingo el Desfile de las Campeonas, con las seis escuelas de samba ganadoras. Y allá dentro, en el Carnaval oficial, ya nadie incluye ni incluirá letras críticas, como lo hacía históricamente el carnavalesco Joãsinho Trinta que una vez sembró de disfraces de urubús (buitres) la avenida, denunciando las desigualdades sociales. Habrá medios, televisiones, flashs. Y un espectáculo previsible al 100%. La estructura de las escuelas de samba es totalmente rígida. Un movimiento, paradojicamente, estático. Como  apunta Bruno Cava, de la Universidad Nómada de Río, la escuela de samba se organiza "jerárquicamente" y funciona con "disciplina marcial". Posee autorías,  copyright y un "espacio y tiempo delimitados". El carnaval de calle, los blocos, es la otra cara de la moneda-celebración. La gente, en palabras de Bruno Cava, se relaciona transversalmente: "La autoría es colaborativa. No hay planeamiento. Vale la casualidad, los contagios, la hibridación". Bloco-bomba, bloco-subversión, bloco-promiscuidad. ¿Y sí las manifestaciones de Brasil comenzarán a usar el formato bloco para protestar antes-durante-después del polémico Mundial de Fútbol, tan criticado por el derroche de recursos públicos e imposiciones de la FIFA?  ¿Y si el Bloco Livre Brasil se multiplica, explota en blocos regionales (Bloco Livre Rio, Bloco Rio Pernambuco...) o temáticos (Bloco Sin Transgénicos, Bloco Contra la Gentrificación...)? Algunas listas de correos y grupos de Facebook están sugiriéndolo. Carnavalizar la política. Desnudar al emperador (del mercado) con las máscaras del humor.

Las televisiones mostrarán el impoluto, jerárquico y previsible espectáculo del Desfiles de las Campeonas del Sambódromo, patrocinado por las mismas marcas del Mundial de Fútbol. El carnaval  pra gringo ver (de cara a la galería). En las calles, así en las manifestaciones como en el Carnaval, los blocos se seguirán relacionando con otra organicidad, sobre las toneladas de basuras del sistema (con acuerdo de mínimos tras la huelga de barrenderos).Y El bloco  blocATO: Copa Que Pariu! (crítico con el Mundial, organizado por el Comité Popular da Copa en Río) ya tiene listo su recta final carnavalesca. No habrá corresponsales para cubrirlo. Tal vez  Le Parisien, único medio que dedicó  una pieza al #OcupaCarnaval. Poco importa. La red, los afectos transversales de los blocos, construirán política.

El estribillo de las calles, como anhelando la horizontalidad y organización política de las jornadas de junio, no será mañana (ni nunca) previsible. No tiene ni tendrá un tiempo delimitado. Ni recorrido fijo. La lírica de las calles se parecerá en todo caso al coro con el que suelen acabar las imprevisibles  performances del bloco  Orquestra Voadora, dibujando un anhelo colectivo sin intermediarios ni líderes: "Aquí no hay maestro".

2014: Bloco Revolucionário do Proletariado Comuna que Pariu na Cinelândia

http://catracalivre.com.br/rio/samba-rj/gratis/bloco-revolucionario-do-proletariado-comuna-que-pariu-na-cinelandia/

Comunistas do Rio de Janeiro criaram o Bloco Revolucionário do Proletariado Comuna que Pariu, que desfila segunda, dia 3 de março, na Cinelândia.

“Empunha tua arma, batuca no embalo da subversão!”, conclama a galera. Ideal para quem procura um bloco pequeno e sem confusão. A concentração tem início às 14h, na lateral esquerda da Câmara dos Vereadores.

Como não há patrocínio, pede-se que todos contribuam comprando a camiseta, a R$ 20.

Serviço
O que? Desfile do Comuna que Pariu
Quando? Seg 03/02 às 14:00
Onde? Câmara dos Vereadores
Rua Alcindo Guanabara, s/número
Cinelândia - Centro
Rio de Janeiro
Estação Cinelândia

2014: Não vai ter Copa!

http://blogdaboitempo.com.br/2014/02/12/nao-vai-ter-copa/

(Mauro Iasi)

O futebol é um esporte. Para quem pratica e para quem assiste costuma ser muito apaixonante e cumpre funções bem interessantes. Por exemplo, podemos sofrer, nos alegrar, chegar à exaltação, por motivos absolutamente irrelevantes: uma bola que passou perto, a polêmica marcação de uma penalidade, uma jogada de efeito ou mesmo uma absolutamente ridícula, uma cena magistral da mais pura arte que resulta em gol ou um caos de corpos e acidentes que culminam na bola rolando indolente ao cruzar a linha sob o olhar de milhares de pessoas.

O futebol, como tudo, foi capturado pela sociedade da mercadoria. Na sua forma mercadoria, seu valor de uso é subssumido pelo valor de troca. É só meio para realização de mais valor, para a valorização do capital. Desta maneira é espetáculo, não em seu conteúdo substantivo (nos elementos que o constituem como esporte ou na paixão que provoca), mas em sua própria forma.

O megaevento, a Copa da FIFA, é só a potencialização desta forma mercadoria levada ao máximo, com seus negócios, interesses, investimentos, mercados milionários, a indústria do turismo e outras que passam a ocupar a centralidade que antes o jogo ocupava. Soma-se a este fato a conjuntura em que ocorrem os jogos e sua utilização política como são famosos os exemplos das olimpíadas na Alemanha nazista e a Copa do Mundo na Argentina em 1978 na época da ditadura militar.

Por tudo isso a polêmica entre as “torcidas” que defendem que “vai ter Copa” ou que “não vai ter Copa” não pode ser compreendida apenas pela dimensão do evento esportivo em si mesmo, tampouco pelo simplismo da contraposição abstrata e insidiosa que procura contrapor “quem torce pelo Brasil” e aqueles que “torcem contra o Brasil”.

Em uma coluna de opinião publicada na Carta Maior um senhor chamado Antonio Lassance que se identifica como “doutor em ciência política e torcedor da seleção brasileira”, pretende dar argumentos para aqueles que querem defender a realização da Copa contra os que denomina de “profetas do pânico”.

Para o autor existe “uma campanha orquestrada contra a Copa do Mundo” que apesar de composta por poucos, tem conseguido “queimar o filme do evento”, arrastando muita gente que, mesmo sem ser virulenta e violenta, “acaba entrando no clima de replicar desinformações, disseminar raiva e ódio e incutir, em si mesmas, a descrença sobre a capacidade do Brasil dar conta do recado”.

Em resumo, seus principais argumentos são que aqueles que atacam o evento servem-se da desinformação. Sendo assim, o autor procura oferecer as informações “corretas” aos seus leitores. Diz ele: “Não conheço uma única pessoa que fale dos gastos da Copa e saiba dizer quanto isso custará para o Brasil. Ou, pelo menos, quanto custarão só os estádios. Ou que tenha visto uma planilha dos gastos da Copa”. Nós poderíamos apresentá-lo à algumas pessoas muito bem informadas, como a Articulação Nacional dos Comitês Populares da Copa (ANCOP) ou indicar o site www.portalpopulardacopa.org.br , mas desconfio que ele não quer este tipo de informação. Prefere apenas dizer que é a maior parte dos recursos não são gastos em estádios (apenas 30% das verbas são destinadas a este fim), oferece alguns números como o custo total estimado em 26 bilhões, os investimentos públicos e privados em aeroportos, com segurança pública e outros). A esses argumentos agrega que os gastos com educação e saúde cresceram, independente da Copa e que o montante necessário não é prejudicado pelos investimentos no evento, da mesma forma que, segundo ele, os eventos deixam na maior parte do que foi feito um “legado”, tecendo um raciocínio estranho segundo o qual, por isso não importa se as obras estão ou não atrasadas. Por fim, reafirma sua crença que o Brasil pode dar conta de sediar os eventos e que a critica não passa de um sentimento de “vira lata” que está preso a uma autoimagem que coloca o país como um eterno incapaz, concluindo:

“Podem ocorrer problemas? Podem. Certamente ocorrerão. Eles ocorrem todos os dias. Por que na Copa seria diferente? A grande questão não é se haverá problemas. É de que forma nós, brasileiros, iremos lidar com tais problemas”.

Notem que se trata de munir os seus leitores de informações para contrapor um movimento que segundo seu próprio juízo está tendo sucesso em azedar o clima. Ele está, não sei se consciente ou não, respondendo a um chamado dos governistas que conclamaram recentemente tanto “intelectuais” de um lado e “movimentos sociais” de outro para intervir mais no jogo das redes de opinião diante da ofensiva do movimento “Não vai ter Copa”. Bom, digamos que ele não se mostrou um soldado muito bom, mas é representativo da indigência da defensiva governista diante de algo que não entenderam com a profundidade e seriedade necessárias. O próprio Lula expressou posições ainda mais primárias em vídeo que circulou na internet.

É no mínimo estranho que um governo que não teve por prática dialogar com movimentos sociais e que destrata os intelectuais, os convoque agora para encobrir seus problemas a golpe de discursos argumentativos nas redes sociais.

Se ele culpa a desinformação como principal arma dos profetas do pânico, teria que ter um pouco mais de cuidado com as informações em que se apóia, senão vejamos. O autor nos afirma que os gastos com o evento estavam estimados em 26 bilhões, mas oculta oportunamente que inicialmente foram orçados em 11 bilhões, já chegaram perto dos 28 bilhões e podem chegar a 33 bilhões, repetindo um enredo que já era conhecido se lembrarmos os dados sobre os gastos com os Jogos Panamericanos, que estavam previstos em 409 milhões e acabaram com algo perto de 4 bilhões ao final.

Em alguns estádios, se pegarmos casos particulares, como o Maracanã, as obras estavam previstas em 650 milhões e acabaram chegando perto de 2 bilhões com uma privatização no mínimo duvidosa no meio do processo. O mesmo se repete em outras obras, como o Mané Garrincha em Brasília (de 696 milhões para 1,7 bilhões). Um cientista político deveria saber que estas explosões orçamentárias não se devem a questões de engenharia e custo de materiais, mas a poderosos interesses de empreiteiras e outros que se locupletaram com a farra do boi das licitações de emergência (este sim um legado que vai ficar, como ficaram as obras do Pan).

Mas, como cabe ao discurso pequeno burguês, não se trata dos interesses reais de classe, mas do interesse maior: o da Nação. A pequena burguesia, disse Marx, inventou o conceito de Nação, porque ela própria fica pressionada entre os interesses reais das classes em luta e criou um espaço acima destes interesses mesquinhos, que a identifique com o povo e faça dela, a pequena burguesia, o legítimo interprete de seus verdadeiros anseios.

É por isso que os maldosos profetas do apocalipse ao atacar a copa e querendo atacar o governo, atacam o nosso Brasil. Diz o torcedor com diploma de doutor: “O pior dessa campanha fúnebre não é a tentativa de se desmoralizar governos, mas a tentativa de desmoralizar o Brasil”. Evidente que ia descambar para uma pregação nacionalista. Logo em seguida ela assume sua forma descarada:

“É claro que as informações deste texto só fazem sentido para quem as palavras ‘Brasil’ e ‘brasileiros’ significam alguma coisa [??]. Há quem por aqui nasceu, mas não nutre qualquer sentimento nacional, qualquer brasilidade; sequer acreditam que isso existe. Paciência. São os que pensam diferente que têm que mostrar que isso existe sim.”

A mágica da ideologia é apresentar o interesse particular como se fosse geral. Se o futebol espetacularizado e mercantilizado é meio de outros interesses – os dos grandes negócios não só dos jogos em si mesmos, mas dos gastos com as empreiteiras, a logística e uma infinidade de áreas de interesse do grande capital monopolista – ele se tornou também o meio pelo qual podem expressar-se as contradições e o descontentamento contra a fachada da imagem de sucesso que se projeta do caminho de pacto social escolhido. Não há um raciocínio simplista que acredita que um centavo gasto na Copa poderia ir para um hospital, é a critica absolutamente pertinente de que o caminho escolhido deixa soterrado contradições que mesmo invisibilizadas seguem existindo e pulsando. Queremos educação e saúde de qualidade, segurança, moradia, transporte e a opção escolhida de pacto com o grande capital condena estas áreas às sobras do prato principal servido ao capital financeiro e os generosos subsídios ao capital monopolista.

O que o articulista opina é que devemos separar as coisas. De um lado tem problemas no Brasil, mas a copa não tem nada a ver com isso. Sua cegueira é tamanha que lhe escapa o mais epidérmico do real. Existem cerca de 170 mil pessoas removidas por conta das obras da Copa, atingidas em seus mais elementares direitos humanos, sacrificados ao altar dos interesses das empreiteiras. Cinco trabalhadores da construção civil morreram nas obras, por causa da urgência, mas fundamentalmente das condições de trabalho, as mesmas precariedades já denunciadas nas obras do PAC. Eles tem nome: Marcleudo de Melo Ferreira de 22 anos, Raimundo Nonato Lima da Costa, 49 anos, José Afonso de Oliveira Rodrigues, de 21 anos, Fábio Luiz Pereira, 42 anos e Ronaldo Oliveira dos Santos, 44 anos.

As contradições são como a água que corre, sempre encontram um caminho para expressar-se. Nosso amigo está tentando parar o vazamento da represa com o dedo como aquele famoso caso do menino holandês. Seu dedo ideológico não é suficiente para deter a fúria das águas que ameaçam azedar a festa dos investidores e daqueles que queriam tirar dividendos políticos dos eventos.

Quando a represa estourar os sacerdotes do pacto pequeno burguês vão tentar encontrar alguém para botar a culpa (já começou no caso da lamentável morte do cinegrafista), mas a culpa certamente nunca é deles. Como dizia Marx:
“Como quer que seja, o democrata sai da derrota mais vergonhosa tão imaculado quanto era inocente ao nela entrar.” (O 18 de Brumário de Luís Bonaparte, p.68).
É possível que o evento ocorra, até pela truculência da reação anunciada como a Portaria do Ministério da Defesa, mas vai ter que conviver como muita luta e manifestação. As patéticas iniciativas do governo de Dilma não chegaram nem perto dos graves problemas que estão na base desse fenômeno que explodiu em junho do ano passado. E não será agora que recuaremos.

Bom, vem aí o carnaval, esta outra festa popular que o povo cultua. Vai aí nossa contribuição no Bloco Comuna que Pariu que abrilhanta o carnaval carioca desde 2008. Para irmos esquentando os tamborins, aí vai nosso samba: A revolução foi a copa que pariu! E só para não esquecer: “NÃO VAI TER COPA!!!

https://www.youtube.com/watch?v=btP6YWLzRPo

2014: Áudio e letra do samba "A Revolução foi a copa que pariu!"


COMUNA QUE PARIU 2014
O Comuna canta ao Brasil:
A Revolução foi a copa que pariu!!!

Camaradas Compositores: Bil-Rait “Buchecha”, Rafael Maieiro, Gezuis da Cuíca , Nina Rosa, Débora Nunes, Mari Tristan, Victor Neves e Caio Martins

Camaradas no Coro: Nina Rosa, Fernanda Miguens, Ivy Carvalho, Bel Palmeira, André Vieira, Caio Martins, Rafa Moraes, Reinaldo Santos, Filipe Boechat e Buchecha

Camarada intérprete: Nina Rosa

No Carnaval
Ó nós de novo aqui na rua
Fora Cabral
E não tem gás que me destrua
Não leve a mal
Maraca tu vendeu pra tua
Patota que deixa o povo bolado
A coisa tá ruim pro teu lado
E pro bonde que segue sua Nau
Na hora que a massa chegar pra disputa
Não tem quem segure a maluca
O bicho vai pegar geral

Ei, Dudu
Vê se conta pra polícia
Como tomar no cu pode ser uma delícia

Não fode, FIFA
A CBF, a Globo e o capital (Não vai ter Copa!)
Sou comunista
Em vez de estádio quero ter mais hospital
Vandalizado
Pela miséria e a exploração
O povo tem que caminhar lado a lado
Pra derrubar todo esse Estado
E melar qualquer tapetão
Comuna que entra em campo, na luta
Empunha tua arma, batuca
No embalo da subversão

Taco pedra, faço greve
Levo bala de borracha
Chuto bomba o ano inteiro
Mas não tiro o pé da praça
Remoção pra tirania
Cada baqueta é um fuzil:
A Revolução Foi a Copa Que Pariu!